Pedro Paulet: Ahora en el billete de 100 soles

Wao.

 

Gente, yo no soy de admirar a muchas personas. Admirar, admirar, pocas. Turing y Ramón y Cajal quizá sean los más prominentes de mi panteón. Y, en ámbitos más locales, no puedo decir que admiro a muchos intelectuales tampoco. En mi mente, si me preguntan por sabios peruanos legendarios, quizá mencione dos nombres: Santiago Antúnez de Mayolo y Pedro Paulet. Y será este último el que nos entretenga hoy.

Sucede que su rostro ahora será puesto en los billetes de 100 soles, un hito histórico contando que es la primera vez que tendremos a un inventor/ingeniero en los billetes. 

 

Mirá que bonito se ve Pedrito en su billete.

 

Jorge Basadre Grohman: Historiador peruano 

 Abraham Valdelomar: Escritor peruano, autor también de mi frase favorita, porque ahora yo soy el Perú, sorry Valdelomar.

Estos señores estuvieron en los billetes intis. Desde la esquina superior izquierda hacia la derecha: Ricardo Palma, Túpac Amaru, Nicolás de Piérola, Andrés Avelino Cáceres, Ramón Castilla y Miguel Grau. En estos billetes también aparecieron César Vallejo, Haya de la Torre e Hipólito Unanue. Se puede ver en esta venta de intis en Mercado Libre de donde viene la imagen.

Si, ya sé, Hipólito Unanue era médico, ya, pero lo recordamos más como precursor de la independencia (a pesar de que su labor como intelectual no debe de pasar desapercibida). En cambio, el nombre de Paulet evoca en nosotros dibujos que parecían sacados de un cómic steampunk, en donde Paulet poco más y era personaje del Planeta del Tesoro.

Como que este no es Pedro Paulet, qué haplas.

Sin embargo, hay que admitir que probablemente pocos peruanos han escuchado su nombre o saben cuáles fueron sus contribuciones. En esta entrada, quisiera dar un resumen bravo e interesante de por qué salté con un pie con la aparición de este billete. Trataré de dilucidar las dudas e interrogantes más generales respecto al personaje para que todos podamos sentirnos algo más orgullosos de poder decirle peruano al padre de una rama de la ingeniería.

¿Quién fue?

Pedro Eleodoro Paulet Mostajo nació en Arequipa, Perú, el 2 de Julio de 1874. Era un niño de orígen humilde que no conoció a su padre. Su principal inspiración provino del sacerdote lazarista francés Hippolyte Duhamel. Este lo acogió y lo educó en el colegio San Vicente de Paúl, proyecto suyo. Curiosamente, se narra que en sus inicios parecía que su destino sería ser un reconocido artista por su talento con el lápiz y el carboncillo. Bueno, sus dibujos se ven chéveres, qué más se puede decir.

Ya siendo puberto, y habiendo leído De la Tierra a la Luna de Jules Verne, Paulet soñaría despierto con el espacio y los cohetes que Verne había descrito con mucho rigor en sus historias. Cuando tenía 16 años, la Universidad de Harvard, con el permiso del gobierno de la época, instaló en Arequipa el observatorio astronómico más moderno del hemisferio sur. No se sabe si Paulet llegó al observatorio, si bien se conoce que Duhamel y sus clases fueron a visitar el observatorio. Pero, sin duda, el contexto estaba ahí, y la historia nos ha enseñado que, en materia de ciencias, nada inspira más al humano que aquello que está fuera de la Tierra. Así que no sería sorpresa que el observatorio sea el empujón que necesitaba su imaginación.

 

Que no te engañen, nada inspira más mente que un buen libro.

Paulet era tan chévere que una de sus dos influencias me hizo lanzar un puño al techo: La primera es la del anarquista Manuel González Prada, aquel que tenía un bigote prominente en vez de un mohicano, pero que si nacía años después de hecho tenía su banda de punk. Y la segunda fue su fe católica (si, ya sé, algo contradictorio teniendo a González Prada en cuenta, pero le funcionó).

En 1894, el gobierno del general Remigio Morales Bermúdez lo becaría para que que vaya a estudiar en Francia. Llegaría a estudiar Arquitectura y Construcción en la Escuela Nacional de Artes Decorativas de París. Ahí también sería testigo de los avances de la revolución industrial en su esplendor.

Así como en la actualidad, el dinero de los becados desaparece rápido. Pero a Paulet no le faltaban puestos en donde podía desarrollar su amplia gama de talentos. Trabajó de periodista y caricaturista en diarios franceses y además ya era consultor del Estado Peruano. Entraría a luego a estudiar ingeniería química y, de pasito, también haría de canciller en el Consulado General del Perú en París.

Más adelante podré citar sus aportes, los cuáles tendrán un apartado en especial. Pero quisiera terminar esta sección indicando que Paulet pasaría a ser un importante funcionario, representando siempre al Perúen eventos científicos y dando consejos respecto a como podría encaminarse su desarrollo. Era fiel creyente en la industrialización, y sus principales iniciativas radicarían en tratar de industrializar al país. Fallecería un 30 de Enero de 1945 en Buenos Aires, Argentina. Fue enterrado con honores de Coronel de la Nación.

¿Cuál fue su aporte más importante?

Como apreciamos en el apartado anterior, Paulet era un hombre de diversos intereses y disciplinas. Sin embargo, su dibujo más conocido sea quizá este, el del autobólido:

Este empezó como la idea de un "motor-cohete" que sería alimentado por combustible líquido. Fue diseñado en 1902, y Paulet se mostró entusiasmado en que se pudiera financiar este proyecto. La idea principal era una maquinaria que pudiera despegar en forma vertical. Tendría un ala delta pivotante con cohetes en la base facilitando el vuelo horizontal o diagonal. Si su principal inspiración fue llegar al espacio o no es algo discutible, pero lo que sí es verdad es que:

• Estaba interesado en la posibilidad de lo que él llamaba un vuelo perfecto (despegue vertical, detenerse en cualquier punto de la atmósfera, poder llegar a los más de 20 000 metros de altura, no ser afectado por los agentes atmosféricos y un interior que presentara comodidades).
• En esa época habían varios intelectuales ilusionados con el espacio exterior.
  

Hubo interés bélico en la tecnología en las primeras décadas del siglo XX, especialmente por parte de científicos alemanes. Pero Paulet se negó a estas colaboraciones.

¿Es reconocido fuera del Perú?

Eso nos lo podría responder un pionero en la cohetería como Wernher Von Braun, científico alemán que, si bien no tuvo ideas nazi, fue obligado a trabajar para el regimen. Con la victoria aliada, Von Braun se entregaría a las fuerzas estadounidenses y, en 1969, lograría llegar a la Luna.

El cohete probablemente más reconocido por la humanidad sería impulsado por un motor de combustible líquido. 

Sería Von Braun el que escribiría: "Paulet debe de ser considerado como el pionero del motor a propulsión con combustible líquido."

Dato curioso, y ya para terminar: Ambos habían leído la misma obra de Jules Verne.

Para consultar:

• Esta biografía completa de Paulet de donde saqué la mayoría de datos biográficos
• Este pequeño artículo de BBC Mundo.
• Biografía en AstroMía